lunes, 9 de febrero de 2015

TIPOS DE TRANSTORNOS QUE INCIDEN EN LA ANEMIA

ANEMIA.
La anemia, o disminución de la concentración de hemoglobina en la sangre, puede deberse a diversas causas, y la más común es la falta de hierro, pero también puede ser un síntoma de un trastorno subyacente.


Adaptación del cuerpo a la anemia

Adaptación del cuerpo a la anemia

Ante un descenso de la concentración de hemoglobina en sangre, el organismo responde siempre con un aumento de la síntesis de eritropoyetina (Epo). El mecanismo implicado en este proceso se halla directamente relacionado con la hipoxia (falta de oxígeno en los tejidos), y constituye el principal mecanismo de adaptación a la anemia. Junto a ello se ponen en marcha otros mecanismos de adaptación que tienen lugar en el propio sistema hematopoyético y en el aparato cardiovascular. 
En el sistema hematopoyético se produce un estímulo de la eritropoyesis (síntesis de eritrocitos). El sistema cardiocirculatorio responde, en primer lugar, mediante una vasoconstricción generalizada (preferentemente en piel, riñón y área esplénica) y posteriormente, con la redistribución del volumen sanguíneo (volemia) y el aumento del volumen plasmático.

Estímulo Eritropoyético

Es una consecuencia directa del aumento de la concentración de Epo, y su objetivo es aumentar el número de eritrocitos circulantes (glóbulos rojos en sangre).

Mejor aprovechamiento de la hemoglobina disponible

Se consigue aumentando la concentración intraeritrocitaria (dentro de los eritrocitos) de 2,3-difosfoglicerato (DPG), ya que este compuesto disminuye la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno. Este efecto favorece la liberación de oxígeno a los tejidos.
Aumento del débito cardiaco
El mayor débito o gasto cardíaco es una respuesta a la hipoxia de los tejidos; es decir, aumenta la cantidad de sangre bombeada por el corazón. Este fenómeno no se desarrolla hasta que la concentración de hemoglobina en sangre desciende por debajo de 70 g/L. Clínicamente, el mayor débito cardiaco se manifiesta con taquicardia y aparición de soplos sistólicos funcionales (producido por la sangre al salir del corazón sin que haya ninguna patología en las estructuras cardiacas). Si la anemia es muy intensa y de instauración brusca (anemia aguda), la disminución de la presión venosa puede facilitar la aparición de un shock hipovolémico

Síntomas de la anemia

El síndrome anémico lo forman un conjunto de signos y síntomas que ponen de manifiesto la disminución de la hemoglobina y el desarrollo del mecanismo de compensación. Los principales síntomas de la anemia son: 
  • Palidez. Es uno de los signos más característicos de la anemia y una consecuencia directa de la vasoconstricción generalizada (cierre de los vasos sanguíneos) y del descenso de la concentración de la hemoglobina en sangre.
  • Astenia: constituye un síntoma general muy ligado a la anemia (el individuo anémico se siente “cansado”).
  • Disnea: sensación subjetiva de falta de aire.
  • Fatiga muscular: incluso con pequeños esfuerzos.
  • Manifestaciones cardiocirculatorias: taquicardia y palpitaciones que son constantes en caso de anemia moderada o intensa, especialmente cuando se instaura bruscamente. En una anemia crónica de aparición lenta, el único signo apreciable de la anemia es un soplo sistólico funcional (ruido que hace la sangre al salir del corazón). Si la anemia es muy intensa se sobreañade una taquipnea (respiración muy rápida) o pérdida del conocimiento.
  • Trastornos neurológicos: alteraciones de la visión. Cefaleas (dolor de cabeza). Cuando la hemoglobina desciende por debajo de 30 g/L (anemia grave) pueden aparecer signos de hipoxia cerebral, cefaleas, vértigos, e incluso un estado de coma
  • Manifestacione neuromusculares: consisten principalmente en cambio de la conducta, cefaleas, vértigos, trastornos visuales, insomnio, incapacidad para concentrarse y, ocasionalmente, desorientación
  • Alteraciones del ritmo menstrual: la existencia de reglas abundantes (hipermenorrea) es la causa más frecuente de anemia en las mujeres jóvenes, aunque suele ser una anemia moderada (Hb: 90-110 g/L). Sin embargo, cuando la anemia es más intensa, suele apreciarse una disminución del ritmo menstrual, con tendencia a la amenorrea. Lo que sucede es que, frente al descenso de la hemoglobina, el organismo reacciona disminuyendo, o incluso anulando, la pérdida hemática.

Tipos de anemia

Tipos de anemias

Tipos de anemia: clasificación morfológica

La apreciación del tamaño y el contenido hemoglobínico de los eritrocitos es uno de los análisis de laboratorio más empleados en el diagnóstico de las anemias. El índice eritrocitario de mayor valor clínico es el volumen corpuscular medio (VCM), ya que constituye un criterio morfológico para clasificar las anemias en normocíticas (VCM: 82-98 fl), macrocíticas (VCM >98 fl) y microcíticas (VCM <82 fl).
El VCM se correlaciona con la hemoglobina corpuscular media (HCM), magnitud que informa sobre el valor medio del contenido hemoglobínico de los eritrocitos circulantes. En consecuencia, la HCM disminuye al hacerlo el VCM (anemias microcíticas e hipocromas) y aumenta cuando aumenta el VCM (anemias macrocíticas e hipercromas). 

Tipos de anemia: clasificación fisiopatológica.

La clasificación fisiopatológica (según su mecanismo de producción) de una anemia se basa en la capacidad de la médula ósea para adaptarse al descenso de la concentración de hemoglobina en sangre. El recuento de reticulocitos (que son las células precursoras de los glóbulos rojos), indica cuál es la capacidad de respuesta de la médula ósea frente a la anemia. La disminución de la concentración de hemoglobina en sangre siempre origina un aumento compensador de la eritropoyesis por aumento de la Epo. Por ello, cuando la médula presenta una capacidad regenerativa normal, siempre debe existir una relación inversa entre disminución de hemoglobina y aumento del número de reticulocitos (anemia regenerativa).

Pérdida aguda de sangre.


Anemia aguda después de una hemorragia.

Aumento de la destrucción de los hematíes.


  • Corpusculares (por alteraciones en el propio hematíe):
    • Alteraciones de la membrana. Ejemplo: esferocitosis hereditaria.
    • Deficiencia de enzimas. Ejemplo: déficit de glucosa 6-fosfato    deshidrogenasa.
    • Alteraciones de la hemoglobina. Ejemplos: anemia falciforme o    las talasemias.

Alteración de la célula germinal o precursora de glóbulos rojos:

  • Aplasias medulares.
  • Síndromes mielodisplásicos.
  • Infiltración de médula ósea. 

Defectos de los factores hematopoyéticos (necesarios para formar la hemoglobina):


  • Déficit de hierro (anemia ferropénica).
  • Déficit de vitamina B12.
  • Déficit de ácido fólico.
  • Déficit de eritropoyetina.

Diagnóstico de la anemia


Diagnóstico de la anemia

Manifestaciones clínicas.
La realización de la historia clínica y la exploración física, constituyen siempre el primer paso en el estudio de una anemia. Descartada una hemorragia o enfermedad subyacente que justifique la anemia, su estudio debe iniciarse con la consideración del sexo, la edad y el origen étnico del paciente, así como su forma de presentación (aguda o crónica, tiempo de evolución y existencia de antecedentes). 
Pruebas de laboratorio.
Para confirmar el diagnóstico de anemia es preciso demostrar primero el descenso de la concentración de hemoglobina en sangre. Para ello se realiza un análisis de sangre, llamado hemograma, que determina los niveles de hemoglobina en la sangre junto con otros parámetros que indican la morfología y tamaño de los hematíes. Además, el hemograma nos informa de posibles alteraciones en otras células sanguíneas como son los glóbulos blancos y las plaquetas.
Además del hemograma, se suele solicitar un frotis sanguíneo en el que se ve la sangre directametne al microscopio. Esta prueba puede dar mucha información sobre la causa de la anemia. Según la sospecha diagnóstica se pueden solicitar otras muchas pruebas, como los niveles de hierro y ferritina (depósitos de hierro del organismo), niveles de vitamina B12 y ácido fólico, niveles de reticulocitos (células precursoras de los hematíes), distintos autoanticuerpos, etcétera.

Tratamiento de la anemia

Tratamiento de la anemia

El tratamiento de la anemia depende de la causa que la provoca. Sea cual sea, el objetivo será incrementar el nivel de oxígeno que la sangre es capaz de transportar, ya sea mediante el aumento de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina. Por supuesto, habrá que tratar también la causa o enfermedad que pueda haber provocado la anemia.
En general bastará con la reposición de hierro por vía oral en casos de anemia ferropénica; o de vitamina B12 y acido folico en casos de anemia megaloblástica.
Cuando se deba a pérdidas importantes de sangre se realizará una transfusión de sangre. Y en casos más específicos (como síndromes hereditarios) puede plantearse el trasplante de médula ósea. En todo caso es necesario consultar con el médico especialista para que te indique el tratamiento de la anemia más adecuado para tu caso.

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